Un nuevo cambio

Bienvenidos!!

Como estoy en una epoca de cambios.. he decidido cambiar mi blog a otro estilo y darle mas vidilla en el.. antes era como muy oscuro y siniestro.. tambien es verdad, ke es parte de mi... tengo algunos rincones oscuros pero como no quiero tampoco volverme demasiado melancolica... he decidido dar un giro a mi vida y tambien a mi blog... espero que disfruteis de esta nueva parte de mi como disfrutabais leyendo esa otra parte que tengo y escribia.

Un beso

Cristy

domingo, 28 de enero de 2007

Relación fortuita



Mónica Reyes salió del automóvil a pasos lentos, se colocó frente al agente Doggett, éste mientras tanto cerró la puerta tras de sí. Durante unos eternos e incesantes segundos, se miraron... pero esta vez e incluso de diferente manera que la última vez.

D-Hasta mañana –susurró con una voz cálida y melosa.
R- Hasta mañana –le contestó de la misma manera para más tarde marcharse hacia su casa.

Mientras subía por las pequeñas escaleras de hormigón de su gran bloque de apartamentos, John no apartó la vista en ningún momento. De vez en cuando, la lanzaba a alguna mirada de desconcierto debido a los intensos y extraños días que había experimentado a lo largo de su estancia en el hospital.

La agente Reyes se detuvo justo enfrente de la puerta, se giró y miró a John... pero esta vez su mirada confundida enturbiaba los pensamientos del agente Doggett, tratando desesperadamente buscar algún tipo de señal en sus gestos en el cual poder apoyarse.

Antes de alejarse definitivamente de él, le dirigió una simple pero tierna sonrisa. Sujetó el picaporte de la puerta y su figura desapareció tras de ella. El agente Doggett observó el portal durante unos minutos más, ensimismado en sus propios pensamientos... ¿pero qué pensamientos eran esos?.

¿Qué siente verdaderamente por la agente Reyes?.


***************


La primera vez que la vi, fue hace tres años... me ayudó en una investigación muy importante para mi, demasiado personal para mi. Se presentó como agente del FBI, me enseñó su placa y en palabras suaves y pausadas me anunció que harían todo lo posible por encontrar al responsable.

En aquel entonces, ella salía con Brad Follmer, era su compañero en el FBI, pero tampoco ello impedían que pudieran mantener una relación a largo plazo.

Desde el primer día investigamos incansablemente la desaparición de mi hijo Luke... pero todo eran simples divagaciones... ninguna pista, ninguna prueba en la que basarse.

La agente Reyes siempre tenía sus propias teorías sobre el asunto, se especializó en casos sobre rituales satánicos... por ello, me impactó que estuviera precisamente ella, una persona dedicada en ese tipo de casos, investigando la desaparición de mi hijo.

Pero pronto... fue la agente Reyes la que aclaró todas mis dudas. Según ella, el caso de mi hijo estaba relacionado directamente con el autor de unos crímenes anteriores. Su noticia me destrozó... un asesino ha secuestrado a mi hijo... Mis sospechas se iban convirtiendo en dudas pero tras llegar el segundo día y ver con tus propios ojos que seguíamos como al principio, sin ningún avance, mis sospechas se fueron transformando en temores.

La agente Reyes en aquella época, estuvo muy pendiente de mi, a penas nos conocíamos pero ella se comportó como una auténtica amiga. La confianza que ambos depositamos el uno con el otro fue de inimaginables magnitudes.
Me hizo ver en ella, no solo una compañera de trabajo sino una amiga. Tal vez, ese don especial que aprecio en estos momentos en ella puede que de alguna manera me haya traspasado... haya arrevesado la frontera.


**************

Se introdujo dentro de su automóvil, depositó ambas manos sobre el volante aún sin haber arrancado el motor del coche, pensó en ella... se imaginó que en ese preciso instante, se hallaba dentro...

R- ¿John? –.
D- ¿si? -.
R- ¿Estás bien? -.
D- Si, si... no te preocupes –.
R- ¿Seguro? –frunció el ceño no muy convencida por su respuesta... pero en especial, por el tono de su voz –bueno... ya has llegado a casa sano y salvo –le dedicó una grácil sonrisa al tiempo que pronunciaba estas palabras.
D- Eso parece... -.
R- Gracias por la cerveza –apagó el motor seguido nuevamente por una amplia sonrisa.
D- Gracias por traerme –se desprendió del cinturón de seguridad al tiempo que ella misma se ruborizaba de sus palabras.
R- ¿Tienes planes para este fin de semana? –preguntó con un solo objetivo intencionado... con el propósito de disfrutar el fin de semana con su compañía.
D- Oh... por supuesto, tomar pizza congelada y ver el canal por satélite –respondió en un tono burlón... siguiendo así su juego de palabras....
R- Vaya... gracias por hacer que mi vida sea emocionante –los ojos claros del agente Doggett la analizaban, la cuestionaban... –a lo mejor necesitamos tener un animal doméstico –retiró la mirada de sus vidriosos ojos para fijarlos en un punto concreto de aquella solitaria carretera –las personas que los tienen... –volvió a contemplarle –viven más –parecían unas cuantas palabras de más... pero John la conocía... conocía que todo aquello que decía sin sentido, significaban algo, poseían un mensaje oculto detrás de cada palabra, detrás de cada respiración, aunque no lograba averiguarlo con exactitud... o a lo mejor deseaba ignorar su mensaje por miedo a las diversas consecuencias.
D- Yo pensaba comprarme un gato-.
R- A unos le van los gatos y a otros los perros... y creo que a ti, John, te van los perros –le aclaró con aparente firmeza sin apartar ni un solo momento su tan característica sonrisa.
D-Los perritos calientes –adujo y su comentario la hizo de reír.
R- Eres fiel, eres cumplidor... –el agente Doggett la miraba expectante.. esperando con impaciencia su respuesta, la imagen que poseía ella de él –no tienes malicia... y resulta fácil convivir contigo –en un silencio disperso y corto... Mónica esperó a lo que él pudiera contestar ante su análisis exhaustivo pero al comprobar que el agente Doggett se callaba. solo la miraba con la misma mirada limpia y lúcida de antes... continuó hablando –entonces... ¿por qué un gato?-.
D- Requieren pocos cuidados y como no esperan mucho de ti, no puedes decepcionarles –ambos tenían la conciencia de que hablaban de animales pero a un mismo tiempo sus palabras se retorcían hacía otros sentidos.. tomando una dirección alternativa
R –No te creo capaz de decepcionar a alguien, John –le anunció severa y segura de sí misma.
Esa visión, ese convencimiento... le tomaron por sorpresa al agente Doggett... aunque había una parte en él que lo esperaba.

Se observaron, se contemplaron... tenían miedo de la verdad, temor escénico a que las cosas cambiaran entre ellos, a dar el primer paso...

“Soy demasiado cobarde... demasiado cobarde... si fuese un poco más valiente la hubiese besado... hubiese recorrido con mi boca cada centímetro de sus sedosos labios... demasiado... demasiado para mi”.

Un ambiente incómodo se instaló en el lugar... una de las primeras causas que no quería que una de estas situaciones se interpusieran entre los dos.

El agente Doggett respiró hondo... una maraña de opciones se le cruzaron por su mente... desear hacer una cosa y a la vez no querer...

Tensión en el aire... ella lo sentía y él lo sabía... ambas partes esperaban una señal por parte de los dos pero a un mismo tiempo... eran ellos... uno de los dos quien debería dar el primer paso.

Doggett fue quien quiso hablar primero... no acallar los designios de su corazón... aclarar de una vez por todas sus sentimientos... pero poco después, decidió no hacerlo.

D- Te veo el lunes –su respuesta decepcionó un poco a Mónica.
R- Si... claro –esta vez su sonrisa no era la misma.

Su compañero se bajó del coche e inmediatamente la agente Reyes giró la llave de contacto y puso en marcha el automóvil.

El agente Doggett la vio alejarse a través del humo del aire... sin apartar la mirada.. sonriendo para sí, por la enorme tontería que acababa de hacer.

Pronto, sus pensamientos ocuparon otros...

“Mañana será otro día”.


******************


El tercer día fue el día final... final caótico y trágico... pero lo peor de todo, ese final sería el principio de una historia que no acababa aquí. Encontré a la agente Reyes rodeada de una decena de policías de New Orleáns, poco después de detenerme en un espacio más o menos seguro, ella se dio la vuelta... me dirigió una mirada ausente y solemne... a partir de ahí supe lo que iba a hallar en ese cuerpo tendido en el suelo.

Los demás oficiales notaron mi presencia y se apartaron cada uno a un lado... cogí fuerzas mientras veía el cadáver de mi hijo... Mónica seguía ahí de pié con la misma expresión en su rostro.

Tras quedarme junto a ella, ambos observamos atentamente el cuerpo inerte de un niño... un niño que ya no tendría nunca más una vida normal... que se le había arrebatado esa libertad... mi alma se lleno de cólera... desesperado por encontrar al causante de este acto tan atroz. Por dios, era mi hijo...

Me dio la impresión de que Mónica conocía a la perfección mis sentimientos... ella era así... sabia como eras sin necesidad de dar ningún tipo de explicación.

De repente vimos con nuestros propios ojos... ver como el cuerpo de mi hijo se transformaba en cenizas. No era el único que lo veía, ella también lo presenció... miró hacía mi y se sorprendió al comprobar que yo también lo había visto con la misma claridad que ella.

Fue retirar la vista unos segundos porque al poco tiempo el cuerpo de Luke volvió a su estado actual.

R- Una visión... –musitó ella.


**********


Alguien golpeó consistentemente el cristal de la ventana lo cual provocó el sobresalto repentino del agente Doggett.

R- John -.
D- Mónica... –abrió la ventanilla -¿qué ocurre?-.
R- Nada... solo me preguntaba si... –su lengua se tropezaba a cada frase... en su opinión era lo más difícil que había hecho jamás... pero necesitaba saberlo... ansiaba buscar las respuestas a todas sus preguntas... saber si en realidad él la amaba –tengo pizza congelada en el microondas y canal por satélite, si quieres puedes acompañarme, la pizza es demasiado grande para mi y es una pena desperdiciarla –se le dibujo una sonrisa a su compañero... una de las más bonitas y especiales que había visto.


*************


Después de aquello... perdimos el contacto, y al cabo de los meses volvimos a recuperarla. Nos encontramos por casualidad y quedamos esa misma noche en tomar unas cervezas para mantenernos al día.

Ella tan atenta conmigo... no había cambiado... y eso me animó... saber que Mónica Reyes seguía siendo la misma a pesar de las circunstancias.

R-¿Qué tal te van las cosas, John? -.
D- No me puedo quejar... podían irme peor... –la aclaró con una actitud distante y algo fría.
R- Lo siento mucho, John –se disculpó con la vista clavada en el suelo, sin atreverse en ningún momento a posar sus ojos sobre su azulada y perdida mirada –no he tenido ocasión para decirte lo mucho que sentía la perdida de Luke y la dura separación de tu esposa Bárbara -.
D- No tienes la culpa, Mónica –informó –son cosas que pasan... -.
R- Ya... pero... -.
D- ¿Y a ti? –cambió rápidamente el tema de conversación -¿qué tal te van las cosas? -.
R- Hace unos meses corté con mi novio Brad –agitó con nerviosismo los dedos de sus pequeñas manos.
D- Oh... lo siento –no parecía muy arrepentido por ello -¿Puedo preguntar por el motivo de la ruptura? -.
R- Son cosas que pasan –su contestación le dio a entender que ella no deseaba hablar sobre el asunto en cuestión así que dieron por zanjado el tema.

Durante el transcurso de la tarde-noche, bebieron unas cervezas y hablaron más que de costumbre...



*************


La agente Reyes apretó el interruptor de la luz para darle paso al invitado.

R- Pasa, John –éste la obedeció –siéntate... –le ofreció el sillón para sentarse –voy al baño, enseguida vuelvo -.


El agente Doggett se despojó del abrigo y lo colocó delicadamente encima de una silla. Se puso cómodo al tiempo que esperaba en la llegada de su compañera.

Se escuchó minutos después la cisterna, Mónica salió del servicio para dirigirse en dirección a la cocina.

R- Espero que no te importe que la pizza no esté congelada –cogió dos platos de la encimera y de una forma un tanto ridícula se le escapó una risa por lo bajo.
D- Sobreviviré... –susurró a penas casi sin poder escucharle... se levantó del asiento en su busca -¿quieres que te ayude?-.
R- No, no hace falta –al darse la vuelta con tanto ímpetu no se esperaba ni por asomo que su compañero permaneciera tan cerca de ella, ambos se chocaron y los platos de porcelana se le escurrió de entre sus manos ocasionado el destrozo accidental de estos.
D- Mónica... lo siento... no era mi intención... –se agachó al suelo junto a ella para ayudarla a recoger el estropicio de platos, pequeñas piezas de porcelana esparcidas a lo largo del azulejo.
R- Lo sé, lo sé, no te preocupes, John, no son los únicos platos que tengo –sonrió para tranquilizarle, por alguna extraña razón, el agente Doggett estaba nervioso, inquieto e incluso su forma de actuar no era la misma –no te preocupes, John, yo lo recojo... a mi no me importa, en serio -.
D- No quiero que lo hagas tu sola... puedes cortarte... –instintivamente las manos de ambos se rozaron sutilmente, apreciando de manera casi accidental su piel... ese insignificante roce mezclado con la tensión del momento fue como una especie de señal o mensaje oculto, la verdad al descubierto...

Tanto ella como él sintieron vibraciones, sensaciones, toda clase de cosas, en el cual, con palabras era difícil de justificar.

Se miraron embobados, ajenos a las personas, a todo lo que se movía a su alrededor.

Pero para sorpresa de Mónica, el agente Doggett se aproximaba a ella... despacio...acortando las distancias... acercándose a ella con la sola intención de besarla.

Quería hablar... aunque si lo hacía... a lo mejor su voz destruía aquella magia del momento.

Tarde para hablar, tarde para arrepentirse... los labios cálidos de su compañero tocaron los suyos con la mayor delicadeza del mundo. Los dos agentes se tomaron la molestia de experimentarlo, de experimentar la pasión escondida y enterrada en un largo y oscuro agujero de tierra. La simplicidad del beso sin el mayor de las complejidades, transmitió tanto amor, tanto cariño, tanto afecto...

La agente Reyes no podía creerse lo que estaba ocurriendo, sus ojos se empañaron de lágrimas, totalmente excitada de la emoción.

Las manos de John sujetaron el rostro de su compañera mientras la besaba, acariciando con las yemas de sus dedos el fino y aterciopelado contorno de su mejilla sonrojada.

La frontera entre el bien y la verdad...


************


-Una relación fortuita -.



Continuará....

No hay comentarios: